Microsoft patenta una máquina que lee la mente

Microsoft ha presentado la solicitud para patentar un lector de mentes, que sin necesidad de conocimientos médicos y por "muy poco dinero" puede medir la actividad cerebral de cualquiera mientras interactúa con su ordenador. ¿El objetivo? Supuestamente mejorar la relación entre el cerebro humano y la máquina, para adaptar mejor la informática a sus usuarios.

La compañía no da muchos detalles, que de momento sólo ha sido objeto de debate en la red. Donde las opiniones están divididas entre alarmistas y escépticos.

La tecnología se basaría en mediciones de campos eléctricos generados por nuestra mente.

Existen antecedentes previos; Scott Mackler, un profesor de la Universidad de Pensilvania víctima de una enfermedad degenerativa, se comunica con su ordenador y el mundo gracias a un software que lee sus ondas cerebrales a través de 16 electrodos. Así puede, por ejemplo, cambiar el canal de la televisión.

Los intentos anteriores de medir las señales eléctricas del cerebro era que requerían, o cirugía , o exponerse a radiaciones, o hacer una alta inversión de dinero. creen haber simplificado el procedimiento.

El principal problema, es el ruido del "todo" detectado por los electrodos. Y no sólo porque leemos señales eléctricas, sino porque las mismas señales pueden venir de muchos sitios. Los electrodos pueden captar señales sin valor cognoscitivo propio, tales como el parpadeo, la contracción espontánea de la piel bajo los electrodos, un temblor de la mano, etc. Esta es una de las razones de ciertas oleadas de escepticismo que ha levantado esta patente.
Lejos de perder tiempo y recursos filtrando las señales, las incorporaron igualmente.

Las conclusiones se obtienen de un sistema de cálculo de probabilidades que en la actualidad, por ejemplo, se utiliza para preveer las posibilidades de que alguien acabe contrayendo una enfermedad. Es decir, que todo es valorado. Pero queda esbozada una tecnología capaz de aprender a distinguir unas señales cerebrales de las otras.

Vamos, que ya hace tiempo que espero un mundo feliz, ya se cumplieron algunas condiciones. Adultos de treinta años viendo dibujos animados y bailando el Hare Hare Yukai de Haruhi Suzumiya, que la política y la religión no es cosa de gente cool, un poco de control mental no vendría nada mal.