Pirateria musical y el futuro de los conciertos

Cambio en la industria de la música:
Cuando un empresario ve a los ojos la cultura, desea lo más lógico y tradicional: Volverla un producto, empaquetarlo, patentarlo y cobrar royalties (regalias).

El caso es representativo de Elvis Presley, Prince y muchos otros artistas que terminan siendo relegados de su propia autoría de sus obras, el caso de Elvis es el más triste, al final de su vida el manager era dueño de todas sus posesiones y canciones, Prince no es dueño de su nombre y los Beatles no pudieron incluir una de sus canciones en una misión de exploración espacial de la NASA.

Para dichos empresarios la cultura debe ser pagada y aunque ellos no la generen, eso no es un impedimento para sus intereses...

Sin embargo, cuando entran nuevas tecnologías empiezan para ellos los problemas, pues aparecen mejores opciones que terminan desplazándolos, si fuera por los empresarios, ni siquiera deberíamos tener derecho a la Internet.

Para su desgracia, nuevos e innovadores competidores los terminan aplastando (digamos Apple), dando patadas de ahogado, afirmando que se mata la música, nada más lejos de la realidad cuando la música existe mucho tiempo antes de que ellos siquiera nacieran.

Sus miedos son; que los modelos impuestos durante décadas para decidir por nosotros que escuchar, que ver y sentir lleguen a su fin, ya no nos conformamos con comprar CDs donde la mayoría de las canciones no valen su costo y eso los obliga a que los músicos escriban mejores canciones, también es más difícil sacar de la nada artistas creados por la mercadotecnia por ejemplo; RBD, Britney Spears, los Back street boys entre otros.

Es un hecho que la industria discográfica o se adapta o muere.

El futuro de los conciertos musicales y sus artístas:

Allí es donde pierden los nuevos músicos, que pasarán al club de asalariados del mundo, gracias a que la industria de la música, cada vez más, se querrá meter en el tema de los conciertos, los discos compactos no dan ningún beneficio a los músicos como afirmó Courtney Love.

La industria en el futuro, hará menos promoción por televisión y radio, abocándose a la publicidad barata en Internet mediante ingeniería social y comunidades en linea, al tiempo que dará prioridad a todo el proceso seguido por los músicos a semejanza del sistema japonés de los Idols, donde se generan rápido ganancias y cuando llegan a cierto punto, los artistas son desechados o remplazados por otros nuevos, evitando problemas de autoría, de todos modos la música según ellos es un producto del marketing. ¿Cuando se ha escuchado a un producto quejarse de ser tratado así?

Contra el cambio, miedos y amenazas gansteríles:

En respuesta a éstos cambios la industria crea asociaciones de aletargados y miedosos del cambio como la SGAE y la Amprofon que mediante amenazas intentan protegerse de la incontenible marea que es la masificación de la cultura en la red, demanda y se crean leyes y prohibiciones, alegando que la ley debe avanzar con la tecnología, sin entender que es la sociedad la que avanza con las leyes y no al revés.

Desean controlar a los críticos teniendo el derecho de cerrar Webs como pasa en España con el caso de la Frikipedia, que perdió su esencia satírica, cuando su autor apoyado por diversas asociaciones, se bajó los pantalones ante sus inquisidores decepcionando a toda la comunidad que donó dinero a su causa.

En México intentan cerrar el café Internet de la esquina. ¿Que logran con ello?; Nada.

Son vividores de las obras de otros y antes que replantearse cambiar, pervertirán la misma red en su beneficio. A éstas alturas su influencia se reduce, los nuevos participantes que les remplazan son conocedores de ello y es por lo que con todas y sus sociedades de autores y demandas judiciales, están condenados al olvido.

David Bravo es un abogado que se dedica al análisis de estos temas y que publicó un libro bajo licencia Creative Commons y se puede distribuir gratuitamente por la red

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